Más de 800 millones de personas se comunican usando el chino mandarín en su día a día y cada vez más empresas occidentales quieren entrar en ese gran mercado. El mayor reto es el idioma, considerado uno de los más complicados de aprender. Se habla mucho de la complejidad de los hànzì (ideogramas), de la pronunciación, de los tonos con que se modula cada sílaba…
Puede haber dificultades, sí, pero también hay una cierta ventaja para los hablantes de español que suele quedar eclipsada por esos pretendidos inconvenientes. Se trata de su gramática, que es de las más sencillas que existen. En mandarín los verbos no se conjugan, las palabras no se declinan y el orden en que colocan cada sintagma es siempre el mismo, ya que de otra forma no se puede comprender el significado de una frase. Ahora que sabemos que tenemos una forma de ‘domarlo’, podemos animarnos a dar los primeros pasos en chino mandarín.
En Dictum Idiomas Para Empresas proponen un método de enseñanza que permite a los alumnos conseguir buenos resultados en esta tarea. Su sistema de aprendizaje está pensado para empresas y está orientado a enriquecer tanto al alumno/empleado como a la compañía para la que trabaja. A través de este enlace se puede solicitar información sobre la metodología de los cursos de idiomas para empresas de Dictum para enseñar idiomas que ayuden a desenvolverse con éxito en un mercado globalizado.